EL RINCÓN DE DINO Dino´s Corner

Recomendaciones de lecturas de libros de los propios alumnos del Centro

 


 

LECTURAS RECOMENDADAS POR LOS ALUMNOS DEL COLE QUE HAN APORTADO LIBROS SOBRE MISTERIO, CON MOTIVO DE LA SEMANA DEL LIBRO

El príncipe de la niebla

Carlos Ruiz Zafón

La sonrisa de la muerte

R.L. Stine

Trampa para turistas

Charles Ogden

El pirata dientedeoro

VVAA

El misterio de los diamantes

Martin Widmark

Asesinato en el Orient Express

Ágatha Christie

Misterio de la araña de plata

Alfred Hitchcock

 En las garras del grifo

Thomas Brezina

Libro aportado por

Alba (E. I. 3 años)

Libro aportado por

 Rocío

Libro aportado por

 Ouasssim 4º EP

Libro aportado por

 Fernando De Miguel

Libro aportado por

 Adela 3º EP

Libro aportado por

 Ainhoa 3º EP

Libro aportado por

 Andrea 3º EP

Libro aportado por

 Ouasssim 4º EP

 


RELATOS ESCRITOS POR LOS ALUMNOS DE 6º

          


¿Quién me ha matado?

Escrito por Rabab, alumna de 6º EP

2 de Mayo 2012

 Hacía bueno aquella noche estrellada. Iba caminando tranquilamente a la orilla de

 la costa de Santander. Eran las 12:00, ¿que iba a hacer?, ¿volver a casa o  donde sus amigos?

Lucía estaba bastante liada por los problemas que tuvo en el I.E.S. A Lucía solo le quedaba un día para volver al I.E.S. Ella odiaba ir al instituto porque cada vez aumentaban los insultos, peleas, amenazas, disgustos… Lucía no lo aguantaba más. Ella solo tenía una amiga que la defendía y la consolaba.

 3 de Mayo 2012

 Eran las 12:00 de la mañana. Era la hora del recreo. Lucía y su amiga Zoe. De pronto ha venido una pandilla de “LOS GPS” eso significaba los guapos, populares y simpáticos, empezaron a insultar a Lucía y justo en aquel momento la amiga de Lucía no estaba para defenderla.

Por la noche, a las 2:15 de la madrugada estaba lloviendo abundantemente. Había una gran tormenta…

La pandilla de “LOS GPS” habían salido de paseo a la playa pero como empezó a llover….  La pandilla se había refugiado en una cueva de las que había en la playa. De pronto en el fondo de la cueva se oían unos pasos, y ¡PUMMMMM! Uno de los chicos se cayó al suelo porque parecía que le han dado en la espalda con un hacha se veía el hacha clavada. Y al lado del hacha estaba una pluma de color azul.

 4 de mayo del 2012 

 A la mañana la policía ya estaba ahí.

Eran las 12:00 de la noche y una  chica de la pandilla salió para ver a las afueras de su casa porque había oído unas voces y ¡AHHHHH! Una flecha clavada en su corazón con una pluma azul.

 5 de mayo del 2012

 Al día siguiente todo el instituto estaba hablando de lo que había pasado anoche. En la pandilla había 5 personas, 3 chicos y 2 chicas. Pero desgraciadamente ahora solo quedaban 3 personas.

 A la salida del instituto  la pandilla se separó por total. Cada uno a su casa. Cuando Gabriela se fue a su casa, “una chica de la pandilla” se encontró con una pluma azul en el suelo y se agachó a cogerla y… fue ahogada por una cuerda por el cuello. Cuando su amigo la llamó por teléfono no contestaba y se preocupó y decidió ir y ver si estaba bien. Cuándo fue por el camino la encontró muerta y con una pluma azul en la mano. Se quedó muy asombrado  y se oyó un grito terrible… Alguien le clavó un cuchillo en la frente.

 5 de mayo del 2012

 Al día siguiente el quinto chico no se presentó en clase. Sobre las 18:45 de la tarde, Iván, uno de los GPS salió a comprar unos caramelos que le relajaban la mente. Cuándo salió de la tienda de chuches que  estaba a unos km de su casa, se encontró con unas gotas de sangre que llevaban a un camino. Iván iba caminando hasta el final de las gotas de sangre. Apareció una pistola en su cabeza y dijo que por favor no le matasen pero… salió disparada la sangre de la cabeza y en su mano una pluma azul.

 8 de mayo del 2012

 A las 8:00 de la mañana sonó el despertador de Lucía y Lucía se despertó sonriendo ya que hoy no iba sufrir más.

                            FIN     

Rabab  


                                                                 El bosque oscuro 

(Relato escrito por Patricia Pastor, alumna de 6º)

Ansiosa por irse a dormir, Amelia, espera con anhelo que venga mañana por la mañana su querida amiga Eva. Al día siguiente no vio a su compañera, y por eso se fue al bosque con su bloc de dibujo para esperarla. Mientras tanto, ella sacaba su gran talento artístico de la realidad al lienzo. Lo que más le gustaba era dibujar a unos simpáticos ciervos que se paseaban por ahí todas las mañanas cuando el sol daba sus primeros rayos, pero, algo sucedía, pues hoy los animales estaban completamente quietos. Poco después se oye un ruido como de pasos que se acercan más y más a la niña mientras los ciervos corren despavoridos. Sin saber dónde esconderse, Amelia deja caer su cuaderno y se esconde detrás del más cercano árbol. El corazón le iba muy deprisa y notaba las manos gélidas de alguien que estaba tocando el tronco del árbol del que estaba escondida, y oye una melodiosa voz:

 -          ¿Qué estás haciendo ahí escondida   ?  -  era Eva con cara de graciosilla-. Te estaba buscando por todas partes, ¿dónde  te habías metido?

 -          Hay, Eva…  ¡ Pero  bueno,  qué susto me has dado ! – dice mientras se asoma detrás del árbol.

 -          Perdona, no era mi intención asustarte.

 Amelia sale corriendo del árbol del que estaba escondida para dar un gran abrazo a la muchacha.

 -          No sé cómo no te puedes perder con tanto árbol – dice mientras mira nerviosa a ambos lados.

 -          Es fácil, me guio por la naturaleza.

 -          Puf, ¡ Qué chorrada !  .

 -          Pues a mí me funciona – dice mientras recoge su bloc del suelo.

 -          Vale, genio; sácame de aquí – dice Eva burlona.

 La muchacha coge la mano de Eva y con un movimiento brusco la lleva al lugar más oscuro del bosque y en un abrir y cerrar de ojos están en la frontera del bosque entre campo abierto. La niña se aproxima a dar su primer paso cuando un viento muy fuerte la empuja y cae al suelo.

 -          No tiene gracia Eva.

 -          Te digo que no soy yo…

 Todas las salidas al campo se cierran por el movimiento de los árboles, como si el propio bosque no quisiera que se marcharan. La raíz del árbol que tienen en frente surge de la tierra agarrando a las chicas sin poder moverse, poco después cuatro raíces más salen a la superficie dándole así movilidad al árbol. Miles de árboles más intentan tapar el hueco que ha dejado  el gran y robusto roble el que lleva al dueto al centro del sombrío bosque. La enorme planta deja tiradas a las niñas en una parte que ni siquiera conocían.

 -          Pero bueno, ¿ dónde nos mandado ese tipejo ? – dice Eva mientras se levanta del suelo con un gran salto.

 -          No lo sé, nunca he paseado por esta parte del bosque.

 -          Pues deberías estar atenta a lo que le está pasando a tu cuaderno.

 Extrañada, Amelia abre su cuaderno y encuentran una especie de frase: tenéis que ir por aquí. Después el bloc muestra una especie de flecha a la derecha y finalmente una cruz.

 -          Vámonos – grita con orgullo

 -          ¡Espérame, mujer!

 En su tenebroso camino encuentran los seres más raros  e inexplicables que nadie pueda imaginar. Había que estar alerta porque hasta los árboles podían moverse.

 -          Creo que es aquí  -dice Amelia abriendo su cuaderno

 En vez de la frase había una especie de contraseña : hojas de romero y de los pinares ,escuchadme y contestadme.

 Las niñas dijeron la extraña frase y se movieron las hojas de un sauce que se abrían lentamente dejando al descubierto una misteriosa entrada. Conducía a una especie de huerto seco que parecía no haberse cuidado desde hace tiempo. Alrededor del prado estaban unos extraños robles que no tenían hoja, aun así tenían frutos. Una bellota la dio en la cabeza a Eva, que no paraba de quejarse. La bellota se abrió y descubrieron una nota: Conseguid la pera que nunca se pudre. Guardándose la nota, Eva, visualiza un peral del que no tenía ni idea de que estaba allí. Las chicas se miran extrañadas pero caminan hacia la fruta; justo cuando Amelia se disponía a cogerla los oscuros robles las cogen desprevenidas por las ramas de las que cuelgan sus bellotas. Las bellotas empezaban a abrirse dando luz a unos ojos que no paraban de parpadear. La pera creció y creció y se formó en ella una gran boca con dientes afilados y pequeños. Cuando los robles estaban a punto de echar a las niñas en las fauces de la fruta, Amelia ve dos sombras al lado de los arbustos. Pero ya es demasiado tarde, pues la pera las había engullido y esas dos extrañas sombras se habían llevado la pera que había vuelto a su tamaño natural. Seguramente esas dos sombras planearon todo este embrollo.

 Patricia


EL DEMONIO DEL CEMENTERIO

(Relato escrito por Olga De Miguel. 6ºEP)

 Una noche fría. No había tenido tiempo de ir por la mañana, pues tenía trabajo atrasado. Ya divisaba el cementerio. No quería ir, pero era necesario, no quería dejar a madre plantada en su cumpleaños. Enfermo, padre no había tenido las fuerzas para acompañarme. Se notaba que pronto pasaría a mejor vida. La valla, oxidada y roñosa, me producía escalofríos. Intenté abrirla pero estaba cerrada. ¡Qué estúpido! Se me había olvidado pedirle la llave al alcalde. No pensaba irme sin visitar la tumba, así que tuve que escalarla. Al acabar, mi uniforme estaba lleno de moho y polvo. ¡Vaya día estaba llevando! Esos sonidos tan aterradores me ponían los pelos de punta. Al fin encontré a madre. Fui a poner el ramo de flores… ¡Y no estaba! También se me había olvidado cogerlo. ¡Maldita sea, este viaje para nada! Recé el Padre Nuestro y caminé hasta encontrar la verja. No tenía las suficientes fuerzas para volver a escalarla.

Creí haber visto una luz a lo lejos. “¡Oiga! ¡Aquí! ¡Estoy atrapado!”, grité. Aquella sombra se volvió hacia a mí y empezó a caminar lentamente. Algo iba mal. Era alta y grande, con un abrigo grueso y una bufanda que no dejaba verle la cara. Además tenía algo en la cabeza. Pronto lamenté haber llamado a ese ser. Lo que tenía en la cabeza eran, ¡cuernos! “Eh… ¡Mejor déjelo, no necesito ayuda! Escalaré la valla y…” Pero la figura no frenaba. ¡Estaba muerto de miedo! “¿Quién es usted? ¡¡D-déjeme en paz!! ¡Le denunciaré!” El hombre se quedó quieto. Casi me había parecido ver una sonrisa paranormal a través de la bufanda. “¡JA, JA, JA!”, sonó una estruendosa carcajada demoníaca desde el cuerpo de la sombra. “¿¡Pero qué…!?”. Súbitamente todo se volvió negro. Desperté en un hospital semanas después de lo ocurrido. Tuve muy malas noticias después de despertar: mi padre había fallecido. Parecía que sin mis cuidados no había sido capaz de aguantar. Mis amigos me dijeron que me acompañarían a las tumbas de mis padres (no tenía el suficiente dinero para un funeral) pero me negué rotundamente. Nunca olvidaré aquel terrorífico suceso. Esa figura demoníaca todavía aparece en mis sueños. Nunca he vuelto a entrar en un cementerio.

OLGA DE MIGUEL

 


 

 

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